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La ley LECA, o «Ley de Economía Circular de Andalucía
Según el Plan de Acción de la Unión Europea para la economía circular, una economía circular es aquella en la que el valor de los productos, los materiales y los recursos se mantiene en la economía durante el mayor tiempo posible, y en la que se reduce al mínimo la generación de residuos.
El modelo de economía circular al contrario de la economía lineal, hace un uso limitado de las materias primas y lleva la producción de residuos al mínimo. En este modelo la reutilización y la recuperación de productos y materias juegan un papel fundamental.
Esta prohibición pretende desincentivar la destrucción de productos nuevos no vendidos, fomentando así su reutilización, donación o reciclaje.
Se anima a los compradores públicos a favorecer los productos sostenibles y a incluir criterios de economía circular en sus licitaciones.
La ley pretende fomentar la reutilización y el reciclado de productos, en particular apoyando a las empresas e iniciativas que fomenten estas prácticas.
La ley pretende evitar la destrucción de alimentos no vendidos, con el fin de combatir el desperdicio alimentario.
Los fabricantes están obligados a disponer de piezas de recambio durante más tiempo, lo que facilita la reparación y alarga la vida útil de los productos.
La ley amplía la responsabilidad de los productores en la gestión de los residuos de sus productos hasta el final de su vida útil, fomentando así el diseño de productos más sostenibles y facilitando su reciclaje.
Se están poniendo en marcha medidas para animar a los supermercados e hipermercados a reducir el desperdicio de alimentos, en particular facilitando la donación de productos no vendidos y limitando las promociones que incitan a comprar en exceso.